
31 Mayo 2009
Anoche tuve una granja. (¿Será muchos juegos de Facebook?).
En el lavaplatos, en la parte del desagüe de la casa de mi abuela tenía tres aves que a primera vista eran palomas, pero luego no lo eran. Eras aves hermosas y mas cerca aun parecían pingüinos pequeños. Yo los acariciaba…eran suaves, muy suaves.
Ahí mismo, habían unos cinco pollos, amarillos y pequeños. Tenia una leve preocupación porque la sabia naturaleza y la supervivencia podría hacer que los pollos desaparecieran, y yo no sabía que otro animal había escondido en el desagüe. Pero entre ellos no se hacían daño alguno.
Afuera en una jaula alargada y baja, habían mas de esos pingüinos pequeños y con ellos unos cocodrilos, pero estos no eran igual a todos los cocodrilos, eran enanos y tiernos.
Aun así, yo adoraba a mis pingüinos, los acariciaba, acicalaba, los dejaba salir de su jaula para que no se sintieran encerrados. De pronto uno de mis pingüinos cae pies arriba y me pinché con unas espinas que este tenía en todo su abdomen, no pude volver a tomarlo, quise ponerlo en su lugar y me fue imposible. Era su lado agrio, su forma de defensa y la forma en que me alejó de él.
También tenía lobos, estos transformaban el día en noche y tenían un carácter agresivo, pero no intentaron en ningún momento atacarme. Ellos volaban, me llevaban hasta la luna y las estrellas y todo precia moverse tan rápido.
En realidad, mi sueño es un tanto inexplicable. Quizá fue un regalo de mi inconsciente. Y en 20 minutos, Felices 24!
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