7 de marzo de 2010

Reviviendo sueños.


Y como ayer se hizo la luz en mi departamento y mi memoria defectuosa no recuerda ni fechas ni noches, aquí van los últimos sueños.


El pequeño Gigante

Este perro era tan grande que podría compararse con un león, un rottweiler asesino que para variar quería hacerme su tentempié. El pueblo era algo extraño, construcciones antiguas y camino de tierra, arranqué por los techos y ayudé a una mujer con su hija, finalmente el perro que atemorizaba a la ciudad, no logró comerme.
Se que pasaron mas cosas, una clase de baile, un novio, una sala que se derrumba y escapar, siempre escapar y nada mas.


¿Que será lo que quiere el N. II?

Nuevamente lo vi, a N. La casa tenía una mesa antigua con esos manteles plásticos y yo escribía cartas de amor para que las guardara en alguna parte de su corazón.


En Barcelona

Al día siguiente estuve en Barcelona, había esculturas de miembros masculinos por todas partes, algo así como los templos de Khajuraho . En un taxi mis tres amigas comentaban el tema y un italiano se burlaba de nuestro impacto.
Mi madre y él se hacían buenas amistades así que seguimos por unas tiendas de recuerdos, donde ella buscaba algo con forma de pez. Había muchos de todos los tamaños y el más pequeño tenía un valor de $1500.

Mi hermano y sus andadas


Mi hermano, jamás fumaría marihuana, él es cuadrado, convencional y algo conservador igual que yo (conservador a mi estilo), pero por esa mística de los sueños uno a veces escapa de esos límites.

- ¿Claudia quieres fumar?

- ¿Fumar? ¿cigarrillos?

- No, fumar.


Se notaba que estaba soñando porque mi hermano jamás me diría eso y además yo no aceptaría, pero bah! Era mi hermano hay que ser fraternales y acepté.
Me muestra un montón de hierba con una mezcla de cables de colores verdes, azul y rojo, onda como los que llevan dentro los cordones para conectar al enchufe los televisores o que se yo.

- Bien hermanito pero los cables no se fuman, solo esto se fuma.

- Perfecto, hazlo tú.


Me pasa un papelillo y yo de tantas veces observar cómo hacían uno me lance intentando nada más que quedara bien, esta hermandad. Lo fumamos entre él, mi cuñada y yo; como una borrachera temporal mi cuñada se paseaba por toda la manzana con una mini bicicleta riendo por la vida y realmente era muy gracioso verla, mientras yo solo reí todo el tiempo.

1 comentario:

  1. "Esos sueños locos de los locos"...

    Yo nunca recuerdo mis sueños, quizás por mi bien, sea mejor...

    (pásate por mi blog hay una nueva entrada con una fecha antigua).

    Un beso sobrina !

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