Frio, seco, de cemento y observando un no sé que estábamos mi padre, madre y yo en ese lugar cuando entra PE. Quería desaparecer porque no quería preguntas ¿qué hacía él allí? Podía pasar por todos los lugares posibles de ese sitio y apareció ahí…
Me saludo cortés como lo hace siempre de buena educación pero esta vez sonreía, de esas sonrisas que le salen por los ojos, algo temblorosas, nerviosas, como tramando algo que solo es bueno para él, como queriendo probarme, sacarme de lugar y ponerme nerviosa…
Me hice a un lado solo por el hecho de que no me interesaba que mis padres oyeran nuestra conversación ni menos que mi madre, con su tino de madre, notara alguna reacción en mi, alguna estúpida reacción.
- Hola
- Hola ¿cómo estás?
- Bien ¿y tú?
- Bien gracias
- ¿Y que te trae por aquí?
- ¿Qué pasa Claudia? Últimamente las cosas no son como antes- Lo dijo coqueteándome de pies a cabeza y yo quería que en ese momento el cemento abriera un hoyo gigante y me tragara del lugar-
- ¿cómo eran antes?
- Ahora ya no te noto pendiente como antes y no me tomas atención, te soy indiferente.
Yo me fijaba en él cuando hablaba, siempre lo hacía. Tiene unos ojos negros que cubren casi toda la esclerótica, su pelo igual de negro pareciera que tuviera vida propia supongo que por eso lo usa muy corto, su nariz es extraña no es que sea fea al contrario es bella pero me daba la sensación de que la tenía torcida y llegaba a pensar que alguien le había propinado un golpe dantesco para haberla dejado así, bueno eso solo es parte de mi imaginación porque en síntesis su nariz acorde con su rostro es hermosa. Luego miraba sus labios gruesos pero no muy exagerados. Su voz es varonil, sexy, podía pasar horas no solo escuchando lo que tuviera que decir de la vida, de libros, de pensadores, etc. sino además podían ser horas y días oyendo sus clases y oyendo su tono, era encantador, te envolvía, te tomaba y te daba unos cuantos golpes contra el piso y cuando estabas lo suficientemente aturdida te dejaba sentada dispuesta escucharlo, pero ese día o en ese momento o para ser más realistas en ese sueño me fijé en sus dientes, nunca lo había hecho, nunca había sonreído a tal punto frente a mí en que yo pudiera notar sus dientes o más bien nunca yo había estado tan alejada de la obnubilación que él me producía que pude fijarme en sus dientes y en cada detalle de él. Tiene unos dientes horribles- pensé.
Cómo concluyó toda la escena no lo recuerdo del todo, sé que él no me dejó contestar sus inquietudes porque sabía de alguna forma que no había respuesta, me quitaba las palabras de la boca, era invasivo y no daba tiempo a que yo sacara lugar por sobre él, me tomaba de alguna forma y no sé que mas, no sé si me abrazó o me besó o si ninguna de las dos, pero en ese momento el iba directo a encararme y yo, no estaba dispuesta.
Ahora viene la parte en que durmiendo y media consciente dije ¿por qué diantres sigue apareciendo en mis sueños? ¿Por qué de esa forma?
Respuestas por favor.
yo sé por qué!
ResponderEliminarEs bastante obvio
ResponderEliminarmm? Ya? Buena, hay dos personas anónimas que saben mas de mi que yo misma. Si me lo pregunto que es porque realmente no lo sé.
ResponderEliminarHe tenido tantos tipos de sueños que si vamos considerando cosas obvias todo sería un caos.