6 de junio de 2010

Flores para el té



Era plena época colonial y yo calzaba un vestido rojo, simple y acorde a la época. Cerca de plaza Italia, más bien caminando por Pio Nono y carca del zoológico, ésta calle tenía continuación y a mano izquierda existían especies de internados para la elite de la época, niñas muy cultas y refinadas.
Yo me movilizaba en una especie de carreta , era un automóvil de la época solo que ningún caballo tiraba de él, lo manejaba yo. El camino era empedrado y así fui siguiendo el rumbo en busca de algo. Llegué a unos tres sitios, “casas” en donde los jardines eran amplios, parecían casas abandonadas, con sus columnas y aplicaciones de acero oxidadas, en sus plantaciones abundaban semillas de diferentes flores que producían variedades exquisitas de té. Me sentía casi en el paraíso, cómo quería arrancar un par e irme a casa a beber el zumo de esas hermosas flores, pero para la época eso era hurtar y estaba sancionado y como en algunas ocasiones suelo pegarme a las reglas, en ese momento no era la excepción.
Entré a una de las casas, alguien me acompañaba pero no recuerdo quién era, entré a la pieza de la niña de la casa, debo reconocer que era muy parecida a la mía con la salvación de que todo era negro, vestido de la época negros, accesorios negros, espejos, maquillaje, muñecos, etc. Me sentía como en la casa de los Locos Adams , en el dormitorio de Merlina ♥ .
Al salir de ahí seguí mi camino, no sé en busca de qué andaba pero llegué a la zona mas grande de plantaciones de té, en sus rejas asomaban especies de flores exóticas y ricas variedades …En ese momento se me apareció una especie de duende, era como un Robin Hood que me decía que estaba permitido sacar, esa zona era tan extensa y sus producciones eran en tal cantidad, que sacar de las rejas no haría algún mal y luego continuó… Ahora debemos ir por las plantaciones de caña, caña de azúcar.
No, dijo un campesino. Eso está casi en la cima de la montaña y es a casi siete horas desde aquí, llegaremos de noche y es invierno.
A esas alturas no era yo quién tomaba las decisiones de donde parar, yo era feliz con las flores para el té.

1 comentario:

  1. ¿Querías un sueño?
    Uno bastante raro, de película y aun sin un sentido, fresquito, de hace horas para ti!

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