25 de noviembre de 2012

Hasta nunca



Claudia, debes enfrentarlo.

Miré a mis amigas con ese miedo aterrador pero con la convicción de que sabía que tenían razón. Terminó sus clases y lo seguí, salió del lugar con tres latas de soda y su cara demostró todo lo que sentía hacía mi; rechazo.

- Tengo hablar contigo.

Me ignoró, hizo un gesto común de él, uno que tengo muy grabado en alguna parte de mi memoria. Lo tomé del brazo con fuerza y con un tono más agresivo repetí.

- Necesito hablar contigo. ¿Acaso no piensas hablarme ni escribirme nunca más?

Se rehusó a emitir palabra alguna, sus movimientos de cabeza lo dijeron todo.

- No.

- ¿por qué?

- .....

No hay comentarios:

Publicar un comentario