Esconder las caras
Iba caminando en línea recta cuando mire hacia al frente y venias tú, con un traje ridículo y un sombrero enorme. Le vi su cara y pensé – No me salvo de no saludar- íbamos frente a frente, pero cuando llegó el momento de cruzar miradas, el bajó su sombrero y no nos vimos.
Cuando ya nos dábamos la espalda me largué a reír, su traje me parecía estúpido y gracioso y me reia en efecto de él. Pero luego le grité- ¡¡¡Oye!!! Haciendo referencia a su mala educación por verme y no saludar. Luego, pensando lo ocurrido, dije – Que importa- y continué con mi camino.
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