10 de febrero de 2009

Mañana puede ser muy tarde

10 Febrero 2009

Estaba participando de un partido de futbol entre hombres y mujeres. Habían 3 jugadores connotados, pero como yo se muy poco de futbol no se quienes eran. Me sentía algo incómoda, yo no juego futbol y la verdad es que le temo a los pelotazos! ¿Que hacía yo ahí? En ese momento llegan 3 chicas que eran verdaderos hombres, por mi mente se pasó la idea de una de ellas lanzando un tiro que me podría partir el rostro.
Salgo de lugar y me dirijo a otro sitio, eso no es para mí. Conmigo sale otra chica, desconocida.

Era blanca de contextura media y pelo ondulado, la observo

– Hola?.
Le digo
Ella me mira y sonrie

– hola, responde

- ¿Cómo te llamas?
pregunté yo.

En ese momento íbamos por los pasillos de mi universidad cuando veo venir alguien que conozco, no del todo, pero la conozco. Era quien me gustó un tiempo (aquí se llamará personaje A.R.), de lejos claro, así que aprovecho la instancia y coqueteo descaradamente a la chica que iba a mi lado. A se avergüenza un poco, lo pude notar en su expresión no sabía si acercarse o no. Pero olvidó sus temores y se para justo en frente mío. Yo pensé ¿tengo que saludarla?

– Hola, ¿como estas?
ya lo había dicho antes de haber pensando si hacerlo o no. A me saluda y sigue nuestro paso en medio de ambas.
Me daba cuenta que le preguntaba cosas a la otra chica

- ¿ustedes se conocen?
, pregunté

- Si
, me respondió A.

Me pareció muy extraño que A la conociera, yo tenía sospechas de que ella podría ser como nosotras pero lo descarté cuando la veía de lejos con su novio. En ese momento, al saber la respuesta volvió a pasar por mi mente. ¿y por qué me habla? ¿y por qué me sigue?
Caminamos largo rato hasta llegar a un lugar con arena y mar, era cerca de Punta de Tralca, nos sentamos en un paradero A y yo. Conversamos de cosas que ya no recuerdo, con el pasar de las horas llegan más chicas, amigas de ellas y por lo que oigo en sus comentarios si son como yo.
Ella me pide que me pare y levante mi sweater, yo me preguntaba ¿para qué? Pero lo hice. Al parecer quería ver mi silueta

- No tengo nada especial, soy una flaca cualquiera,
le dije

- Si, pero quiero verte.
Dice ella.
Luego de ese absurdo espectáculo vuelvo a sentarme a su lado.

- ¿me mentiste verdad? ¿Siempre te gustaron las mujeres?
, le pregunté.

- No tan así, pero si.
Responde A

- ¿Cómo no tan así? Entonces eres bisexual.
Insistí

- Podríamos decir que si.
Me dice con inseguridad.

Yo me estaba alterando con sus respuestas ambiguas y además no entendía que hacía yo ahí con ella.

- ¿quieres jugar un poco?.
Me dice A
Y en ese pequeño momento se acerca y siento sus labios a los que no correspondí.

- Lo siento, no puedo


- ¿Qué pasa?

- Regresé con mi ex
, Le dije.

Creo que ella no entendía nada, se sentía absurda y arrepentida, podía leer sus pensamientos y lo que pasaba por su mente era la impotencia de siempre haberme mentido y siempre haberle gustado y nunca haber tenido el valor de acercarse y cuando lo hizo, ya fue demasiado tarde.
Tomamos un bus de regreso a nuestros lugares, yo debía volver a Punta de Tralca ¿Qué? En fin, así es el sueño no puedo alterarlo.

- yo me bajo aquí,
lo dice de un momento a otro.

- yo también.


- estas loca, yo vivo a 2 horas de donde tú estas, vete a tu casa.


En ese momento me di cuenta que nos habíamos pasado...

- En punta de Tralca Por favor!!!
, le grito al chofer

Por esa cosa ilógica de los sueños entonces no estábamos donde ella se tenía que bajar sino donde yo tenía que hacerlo. Llegué a un camino de tierra, era de noche y habían unos hombres así que, como soy tan valiente, corrí para no tener ningún tipo de contacto con ellos. Llegue a Punta de Tralca pero estaba perdida en una caleta de pescadores, preguntando se llega a roma, pensé así que ellos me dijeron hacia donde caminar.
Una vez allá, recordé que yo no debía llegar a Punta de Tralca sino a mi casa, yo no estaba haciendo práctica y me encuentro con una de las chicas practicantes.

- Por fin llegaste

– Donde está la Negra
, le pregunté.

- Se va a duchar, ahí viene.

Veo a mi amiga con su carita triste y yo, solo quería contarle lo que me había pasado. La saludo y le pregunto

- ¿Cómo estas?

- Aquí, me dice ella.
Su cara me decía más que eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario