30 de agosto de 2014

Pasado revolviendo el presente

Llevábamos, mi amigo y yo, conversando unos varios minutos, sobre qué ha sido de nuestra vida en todos estos años sin comunicarnos.

-         -  Ya llegará el hombre, --me decía como concluyendo un tema en particular.
-         -  Y es que no es eso lo que más me importa ahora, tengo todos mis pensamientos enfocados en mis proyectos personales…--le respondí y escribí en el chat de Gmail donde nos estábamos comunicando.

Y en ese instante es cuando sientes un deja vu, estas conversaciones ya las habías tenido, con la misma persona y en el mismo lugar, es más, podías revisar un historial de conversaciones del pasado. Fue así que sin mucho sentido y totalmente fuera de lugar, aparece un mensaje de él.
 Los típicos mensajes de siempre o quizá de nunca, sin pies, sin cabeza y con ironía, con falta de verdad con ilusión, con la imagen que dibujó delante de mí, con el actor, con burlesca incoherencia, con lo infantil, con la persona que no conocí; apareció  tu mensaje invocando al pasado. Otra vez el pasado.

Su imagen personal, había cambiado y entré en desesperación, él estaba en alguna parte de esta red virtual, estaba, pero nunca lo estaba para mí, nunca más. Una pared gris de fondo y un cuadro del retrato en grafito de Hugh Laurie en Dr. House, el mismo que me dio tantas veces la bienvenida. El cuadro sobre un sofá, un sofá de tres cuerpos blanco, ya no era igual. Ese sofá nunca lo conocí, y quizá tampoco lo conocí a él.

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